Hoy después de tres días por fin hemos podido dormir de un tirón, de hecho ayer no escribí porque estaba destrozada después de la noche que pasé.
¿Cuál era la causa de este insomnio provocado? Pues aunque no os lo creáis la causa ha sido un gallo. Si, un pollo venido a más que nos ha estado amargando tres noches seguidas.
Yo no entiendo nada de aves de corral, pero tenía entendido que los gallos cantan al amanecer, no? Eso es al menos lo que he visto en los dibujos animados toda la vida. Pues parece que no, eso o nuestro nuevo vecinit estaba ensayando para una ópera o algún tipo de espectáculo maratoniano porque no paraba de cantar.
¿Y qué hace un gallo en medio de la ciudad de Shanghai cantando toda la noche como si estuviese en un karaoke? Porque aunque pueda parecer lo contrario por los ruidos de granja que tenemos últimamente alrededor de casa, seguimos viviendo en Shanghai. Y en respuesta a la pregunta, pues no lo se, no tengo ni la menor idea de que hace un pollo suelto por aquí.
El segundo día de serenata salió algún vecino a protestar en chino a gritos, pero no sirvió de nada, más bien al contrario, el gallo se animó porque tenía público y cantaba más alto aún si cabe.
Yo pensaba en los pobres vecinos, porque si nosotros lo oíamos estando en un 7º, los de los pisos más bajos tendrían que estar hasta las narices.... Tonta de mi...
Ayer, tras la tercera noche de concierto, que empezó a las 2h30 de la mañana y siguió durante toda la noche, me asomé a la terraza para ver si localizaba al que empezaba a pensar sería mi almuerzo al día siguiente.
No pensé que iba a tener suerte, desde las ventanas a penas se ve el suelo, el paisaje principal es el tejado de un cutre-hotel que tenemos justo a la altura de nuestro apartamento, no es un paisaje especialmente bonito.
Efectivamente no ví nada nuevo "tipo jaula" en el suelo, y la verdad es que no creía que un vecino hubiese tenido la fantástica idea de adoptar un gallo de mascota y lo tuviese en el balcón de casa.
Pero ay, queridos, cuando me fijé en el tejado del hotel...
Los listos del hotel habían soltado en el tejado tres hermosas aves de corral, no se si para ahorrarse unos yuanes en huevos o para qué, lo que si que habían conseguido seguro era mosquear a todo el vecindario con el canto del gallo.
Como digo hoy ya no están, y mejor para ellos, marido y yo ya estábamos planeando comprar algún tipo de artilugio para hacer de francotiradores apostados tras las cortinas del dormitorio.
Lo que no nos pase a nosotros...
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