Para conseguir el permiso de residencia en China, tienes que pasar un reconocimiento médico bastante completo. Así que el lunes fuimos al hospital.
Después de entregar la documentación requerida y de pagar religiosamente los 70€ que cuesta el susodicho examen médico, marido se quedó esperando pacientemente en una salita, mientras a mi me pasaban al pasillo de la tortura.
En primer lugar, entras a unos vestuarios, donde te cambian tu ropa por una bata rasposa, que no quiero ni imaginarme la cantidad de gente que se la habrá puesto. Por si no has entendido las indicaciones de la enfermera cuando te decía que tenías que desnudarte, dentro de la cabina tienes un cartelito en el que explica bien claro qué tienes y no tienes que quitarte.
La bata no podía ser más incómoda, no tenía cinturón, se ataba con un cordoncito en uno de los laterales, y claro, la sensación de ir como tu mamá te trajo al mundo era horrible.
Comienza la ronda de consultas.
Sin saber bien como has llegado hasta él, te encuentras en un pasillo lleno de puertas abiertas con un mini biombo al fondo. Estas deben de ser las consultas, piensas, aunque más bien parecía un pasillo de cualquier escuela pública de EGB. Dos enfermeras, cuya amabilidad brillaba por su ausencia, te cogen la ficha que llevabas en la mano y te dicen el número de la consulta a la que tienes que ir. Al oírlas prácticamente te cuadras, es como si tuvieses delante a un miembro de las SS.
Situación: pasillo lleno de guiris paliduchos, todos con cara de susto y con la bata blanca rasposa y roída, intentando conservar la dignidad a la vez que se sonríen tímidamente unos a otros a modo de saludo. Un cuadro.
A cada lado de las puertas cuatro sillas, y como he dicho antes, las enfermeras te van dirigiendo e indicándote la silla que te corresponde. Si alguien entraba a una de la consultas, tenías que sentarte en su silla ganando una posición. Uno se levanta, tres se cambian de sitio. Surrealista.
Ecografía, revisión de la vista, RX... Aunque sin duda, lo peor de la mañana fue la extracción de sangre. No conozco a nadie que sea fan de este momento, yo desde luego no lo soy, pero tampoco hago un mundo de ello. Soy de las que simplemente no mira. Durante los segundos que dura, soy como la niña del exorcista, con el cuello totalmente girado en sentido opuesto.
El otro día ni por esas. Me siento en el silloncito, frente a mi, enfermera con mascarilla calada hasta los ojos que me coge el brazo y empieza a darme golpecitos. No encuentra la vena. Sigue con los golpecitos. Nada. Saca trozo de goma y lo ata en el brazo. Golpecitos. No hay venas. Más golpecitos. Parece que la enfermera ha visto algo, saca la aguja. Noto el pinchazo. Duda.
Enfermera llama a otra enfermera que me sujeta el brazo. Escarban, hacen prospecciones. Nada, siguen sin encontrar la vena. Después de un rato, sacan la aguja. No ha habido suerte. Guiris se asoman a la ventana para intentar averiguar por qué tardamos tanto.
Enfermera tapa agujero con algodón y me coge el otro brazo. Yo sudo. Ella da golpecitos. No parece gustarle. Vuelve a coger el otro brazo. Da golpecitos en diferentes sitios. Finalmente termina por abrirme una vía en la mano. La muy burra! Tendríais que verme el brazo. Todavía lo tengo morado!
Así que muerta de dolor (debieron de llegar hasta el codo con la aguja buscando la dichosa vena) y muerta de hambre (eran las tres de la tarde y no había comido nada desde la cena del día anterior) terminé mi examen médico.
Menos mal que marido me esperaba fuera y además de darme unos mimos me invitó a una hamburguesa para comer.
¡Espero que al menos me den el permiso de residencia!
Pobre tu....y cuando te dan los resultados para saber si te dan la residencia?
Publicado por: Diana Muñiz | jueves, 23 septiembre 2010 en 04:17 p.m.
Pues se supone que el resultado del examen médico me lo dan la semana que viene. Luego tengo que ir a inmigración... papeles, papeles.... :P
Publicado por: sandra | viernes, 24 septiembre 2010 en 07:37 p.m.
Que burras, si estoy yo le doy.
Publicado por: reyes | sábado, 25 septiembre 2010 en 12:42 a.m.
Pobre!! con lo mal que se pasa cuando te tienenque volver a pinchar!!
Publicado por: Asuncion Caballero | lunes, 27 septiembre 2010 en 04:39 a.m.